Los viejos alambiques
de cobre, con los que la antigua bodega Casona del Valle destila aun nuestra
bebida de bandera, llevan impreso a fuego como marca indeleble de una ancestral
tradición, su nombre acuñado en 1860. Quien la bautizo así fue doña Juana Euscate,¨La
tambera¨ y dio inicio a la elaboración del primer pisco puro producido en
Lunahuaná para embriagar de peruanidad a los queridos hermanos del Ande.
Desde esta antigua
bodega enclavada al norte de este fértil y cálido valle costeño, el sabor
inconfundible de nuestro destilado de uva comenzó a expandirse a localidades de
Huancavelica, Huancayo, Ayacucho e inclusive Abancay hace 151 años, por
iniciativa de esta recordada difusora del pisco.
Por caminos de
herradura, al lomo de llama y en odres de 30 litros confeccionados de cuero de
cabra, los llameros transportaban su preciada carga en jornadas que se
prolongaban entre 4 y 7 días.
Las campanas colgadas
al cuello de las llamas anunciaban nuestra llegada a Huangascar, Azángaro,
Huancavelica, Ayacucho y diversas localidades de la sierra, con el delicioso
pisco de Lunahuaná, recuerda Wenceslao Rodríguez Gutiérrez, quien a sus 85 años
conserva la vieja y férrea estampa de estos ancestrales transportistas.
Difusores Especiales
Junto con Afranio
Huamán Aguado (76), Wenceslao es considerado en Lunahuaná como el ultimo
descendiente de ese oficio indómito y fuerte que contribuyo a difundir en gran
parte de la sierra central el gusto por el pisco.
¨En 1890, ya fallecida
Doña Juana, toma la administración de la bodega Julio Gonzales del Valle, que
intensifica el comercio del pisco entre Lunahuaná y la sierra, con mi padre
Cayetano Rodríguez Luyo, de quien heredo este oficio en 1940, apenas 14 años. Y
así transporto hasta 1980, siempre a lomo de llama y durante 40 años
consecutivos, la preciada carga de pisco¨
La construcción de la
carretera Lunahuaná- Yauyos- Huancayo y la muerte de Don Julio Gonzales del
Valle, si bien hacen que cese esta intensa actividad comercial entre la Costa y
la Sierra sur, motivan a los nuevos herederos de esta antigua bodega a
reorientar su nueva producción al mercado turístico que comenzaba a florecer en
Lunahuaná.
¨Junto a mi padre y
luego de su muerte en cuarta generación, asumo el manejo de la bodega,
conservando la antigua tradición heredada por mi bisabuela y conservada por
casi 50 años por mi abuelo, destaca Jhon Gonzales del Valle¨.
¨Gallos Pisadores¨
En sus lagares,
reconstruidos después del terremoto del 2007, se conserva en tiempo de
vendimia, la ancestral pisa acompañada de tambores, cantos y seis ¨gallos
pisadores¨, como denominan al grupo de personas que se encargan de estrujar los
granos de la uva.
¨La uvina¨- principal variedad de grano con la que se elabora el pisco en Lunahuaná, nos llega hasta el pecho y, con la fuerza de los pies logramos, en jornadas que se extienden entre las 3 a.m. y la 11 p.m. , extraer el delicioso mosto del que luego brota el pisco¨, explica Reynaldo Cubillas Nova, quien a sus 80 años es el encargado, desde hace 65 años, dirigir el equipo de pisadores de La Casona del Valle, donde aun se conserva y respira la tradición pisquera heredada hace 160 años.
Actualmente somos la tercera generación pisquera en el valle de Lunahuaná.
Tradición que se conserva hasta la actualidad
ResponderBorrarInteresante información
ResponderBorrarLa verdad que despierta mucho mas mi interés.
ResponderBorrarTuve la oportunidad de probarlos en una reunión familiar, excelente sabor y aroma.
ResponderBorrarQue alegría leer como este negocio va pasando de generación en generación y no dejan que se derrumbe tantos años de esfuerzos de sus antepasados.
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